sábado, 24 de diciembre de 2011

¿Por que puede caer el gobierno de Guerrero y, no los de Jalisco, Chihuahua o el de Calderon no?.





1. Estoy absolutamente de acuerdo con la lucha de los estudiantes de las normales rurales y creo que el gobernador de Guerrero debe presentar su renuncia por el asesinato de dos estudiantes; pero no entiendo: ¿Por qué los gobernadores de Jalisco, Chihuahua, Tamaulipas, no dejan su gobierno si en sus estados han sido asesinados decenas o miles de personas humildes? Y lo más importante: ¿Por qué el gobierno de Calderón -durante el cual han sido asesinados más de 67 mil personas- no sólo no cae sino que se da el lujo de retar y acusar?.

En todo el país se registran asesinatos, aunque en particular en unos 15 estados, y los gobiernos tan campantes y los candidatos de cada partido –sin morderse la lengua y sin que les salga sapos por la boca- hablan sin la menor vergüenza sin que nadie les diga nada. ¡Qué maravilloso que los estudiantes de Guerrero estén organizados! ¿Y esa sociedad civil que ha visto caer asesinados a decenas de miles es cobarde?


2. ¿O será que el estado de Guerrero, donde ha gobernado la socialdemocracia desde hace varios años, representa la parte más débil de la cadena gubernamental? Pienso –teniendo como base la historia de los últimos 20 años- que PAN, PRI, PRD, son más o menos igual de corruptos en el ejecutivo, legislativo y judicial. Se han pasado la vida negociando acuerdos, herencias políticas (nepotismos), realizando alianzas sin principios, haciendo negocios y, por tanto, no hay nada que los salve; pero si cae el gobernador de Guerrero será raro, aún inexplicable, porque la consigna debió enfilarse contra el responsable del país: Calderón. Pero así son “la ciencia” la política y los problemas sociales que no son nada exactos como las matemáticas. Por infortuna hay que esperar mucho tiempo –después que los funestos políticos dañan al país- para que aparezcan los Wikileak demostrando lo que durante años hemos denunciado.


3. Guerrero es el primero, pero junto a él están Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, como estados más abandonados en inversiones desde hace casi un siglo y, por tanto los más rurales con menos atención en salud, educación e industrialización. Son estados del sur de la República que son la oposición a los estados del Norte que son los colindantes con EEUU y que por lo tanto han recibido gigantescas inversiones en todos los campos. Los gobiernos de esos estados –si tuvieran un poco de conciencia e inteligencia, deberían hacer un frente común con las organizaciones sociales que luchan en esos estados por solucionar problemas básicos. Pero todos los gobiernos –poniéndose apresuradamente al servicio de los empresarios y los políticos más poderosos- sólo piensan en hacer negocios en los seis años que les corresponde gobernar. Por eso si el gobernador de Guerrero se derrumba está bien, pero no dejaría de ser extraño.


4. Hoy con mucho cinismo se ha dictaminado como “duelo nacional” la matanza del dos de octubre de 1968; en tiempos muy pasados –sin la menor vergüenza- los legisladores colocaron en lugar de honor del congreso los nombres de Zapata, Villa y Flores Magón. Por se ha dicho: “En vida a los grandes hombres y luchadores sociales se les persigue, encarcela, asesina; pero una vez muertos, se les convierte en “íconos”, en “héroes”, pero extirpando las ideas por las que lucharon”. En 1968 mientras nosotros –estudiantes y algunos profesores- gritábamos en las calles y en los mítines contra la explotación, la miseria y el mal gobierno, en el gobierno de la República, en el poder judicial y en el Legislativo, los hijos de puta del PRI, del PAN, del PPS, del PARM, nos calificaban de delincuentes, comunistas, aliados al imperio yanqui y todas las ofensas que pudieron. Están registrados los enemigos públicos del movimiento estudiantil.


5. Lo mismo sucedió cuando Carranza mandó asesinar a Zapata en 1919, cuando Obregón ordenó el asesinato de Flores Magón en 1922 y de Francisco Villa en 1923; no bastaría decir que los asesinos de estos luchadores sociales fueron ascendidos y esos gobiernos cosecharon aplausos por haber mandado a asesinar a esos “delincuentes”, “facinerosos” y “robavacas”. Los únicos que se opusieron dignamente a que el nombre de Flores Magón fuera inscrito en las paredes del Congreso fueron los anarquista que con toda razón dijeron que Flores Magón fue enemigo de la Revolución burguesa mexicana, que denunció a Madero, a Carranza, a Obregón y que su asesinato en las cárceles yanquis fue ordenada por el mismo gobierno. ¿Puede olvidarse que los obreros mexicanos se negaron a que el cuerpo de Flores Magón fuera traído a México con dinero del gobierno?


6. Mucho más que la caída de un gobernador me gustaría más que el movimiento estudiantil de los normalistas rurales se extendiera en todo el país. Que ayudara a sacudir a los estudiantes pequeñoburgueses o clasemedieron de la UNAM. POLI, UAM. Bachilleres, etcétera, que aún siguen en los brazos de Morfeo. ¡Qué maravilloso sería que un movimiento estudiantil como el de 1999 en la UNAM dieron un contenido distinto al circo electoral que se inicia donde el PRI y el PAN buscan conservar y agrandar sus privilegios imponiendo un nuevo gobierno. Esperamos que López Obrador haga una campaña radicalmente diferente profundizando sus denuncias –sobre todo las anticapitalistas que tienen que ver con la pobreza, la explotación y la acumulación de riquezas en unas cuantas manos- porque es lo que lo hará diferente. Porque si hace lo mismo que PRI y PAN, ¿dónde encontraremos la diferencia?.

lunes, 19 de diciembre de 2011

El lado oscuro de la democracia.



El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española -lo de Real, viene porque España sigue siendo un reino- tiene dos acepciones coincidentes respecto a la palabra democracia. La primera dice: Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. La segunda afirma: Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. En otros términos: no hay democracia si el pueblo no interviene en las decisiones fundamentales del Estado.

No voy a hablar de algún ejemplo de Nuestra América, donde todos se sienten con agudo sentido crítico para desmenuzar lo que ocurre en cada uno de nuestros países. Mi intención es referirme a lo que está ocurriendo en la Unión Europea, donde dicen que la democracia nació y se fabricaron sus modelos hasta la actualidad. Aquel pueblo que no siga sus sacramentos, será condenado porque no vive en democracia. Es lo que nos enseñaron y, lastimosamente, siguen enseñando en las escuelas de Bolivia y, seguramente, de muchos otros países de esta región.

El primer país donde se mostró que no hay democracia, es Grecia; la Grecia de Sócrates y de Platón. El derroche, aviesamente incitado por los mercaderes, provocó la bancarrota. Presurosos, los jerarcas de la Unión acudieron con montos impresionantes de dinero prestado, bajo la recomendación de reducir el gasto público y constreñir el desarrollo económico. Algo hizo el gobierno pero el desajuste se mantuvo. Los mandatarios de la Unión, el dúo Merkel-Sarkozy, tomaron la sartén por el mango y retuvieron la última entrega del préstamo. Reclamaron e impusieron recortes extremos y paralización de obras como condición para cubrir la cuota. El dinero que entregaron no estaba destinado a las necesidades del pueblo que no fue consultado, sino a pagar las deudas miles de veces millonarias, causadas por el derroche impuesto como forma de vida. Por supuesto, todo el gobierno cambió y, el parlamento griego sometido a los jerarcas de la Unión, confirmó un gabinete tecnócrata encabezado por el señor Lukas Papademos quien, como carta de presentación, declaró: “No hay comida gratis para los deudores, ni soluciones fáciles para los acreedores”; es decir, estamos aquí para pagar las deudas, no para solucionar los problemas del pueblo. ¿Esto es democracia?

Tomemos otro ejemplo en la vieja Europa. Una cumbre de la Unión deliberó la semana pasada sobre las medidas extremas que deben tomarse para evitar el colapso del euro, la moneda de la UE. El primer ministro británico, Cameron, se negó a firmar el acuerdo que aprobaron los mandatarios de los otros 26 países miembros. Al llegar a Londres, Cameron recibió una andanada de acusaciones de la oposición, como era de esperar, pero también de los liberales demócratas, que forman parte de su gobierno. Éstos y los laboristas, que se supone son la izquierda del esquema político británico, acusan al conservador Cameron de haber dejado a Gran Bretaña fuera de la Unión Europea. Cameron se defiende diciendo que el Reino Unido sigue en la UE en razón del mercado común, pero no puede estar de acuerdo con restricciones que pueden perjudicarlos. En toda esta discusión, no tiene nada que ver el pueblo que ya está soportando restricciones. Si Cameron se mantiene, habrá más restricciones. Si cambia el gobierno, las restricciones serán mayores. ¿Hay democracia en todo esto?

La conclusión es manifiesta: la democracia al estilo europeo, es el predominio de los mercaderes en el gobierno político. El pueblo está para trabajar, para votar eligiendo a un gobierno más derechista o menos derechista, para gastar a un ritmo cada vez más enloquecido y para pagar las consecuencias de este perverso manejo mercantil.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece, con claridad y puntualmente, el derecho a la vida y al trabajo digno de todas las personas en todos los países del mundo. En eso se basa la democracia. En unos países es más problemático que en otros el cumplimiento de esa declaración. Pero, ¿en Europa, cuáles son las dificultades?, ¿quién o quiénes coartan esos derechos?, ¿los gobiernos elegidos por voto popular, no responden al pueblo?

Un país, un pequeño país, dio la lección: Islandia. Los medios de comunicación se encargan de no difundir el ejemplo. Las reuniones de la señora Merkel con el señor Sarkozy se conocen en toda su extensión. Por supuesto, lo que se difunde es la versión oficial; de ninguna manera los entretelones. Y, la versión oficial, es tan dura, tan cruel, que salen sobrando los entretelones. La democracia, al estilo europeo, es el derecho de los ricos a exprimir al pueblo y, luego, hacerle pagar las consecuencias. Eso es todo.