jueves, 10 de febrero de 2011

La censura dentro de la democracia panista.


Cuando en el año 2000 pequeños sectores resistieron la cargada de pseudoizquierdistas ansiosos de obtener cuotas de poder y liberales seguidores de la democracia estilo norteamericano, que insistían en sumar fuerzas con la derecha para echar al PRI de Los Pinos, parecía difícil para los sectores moderados de la izquierda mexicana sostener una posición crítica al llamado del voto útil, por supuesto los sectores más radicales no comprarían jamás ese discurso tan simplista, y es que para quienes no perdimos la memoria, el pasado de los supuestos adalides de la democracia mostraba su verdadera cara, derechistas ansiosos, de volver al poder del que el pueblo mexicano los ha echado una y otra vez; en torno al Partido Acción Nacional habían ido agrupándose los grupúsculos más intolerantes de nuestro país, ultracatolicos conservadores capaces de mandar a prisión a mujeres violadas al mismo tiempo que defienden curas pederastas, empresarios resentidos por el desplazamiento priista, nostálgicos de Iturbide, Maximiliano y Don Porfirio, la derecha más rancia disfrazada de sufridos demócratas.

Esta coalición de auténticos barbaros iletrados metidos a políticos y empresarios, junto a yunquistas, seguidores de Cristo Rey, miembros del Opus Dei y demás furibundos e intolerantes grupúsculos pro fascistas, fueron capaces de construir una candidatura que atrajera a esos intelectuales supuestamente de izquierda pero siempre dispuestos a venderse al mejor, además de alguno pobre incauto; ya todos juntos consiguieron sacar al PRI del poder luego de 70 años de gobierno ininterrumpido, y así mágicamente proclamaron la llegada de la democracia a México, ¿Cuál democracia?, la suya claro, rápidamente quedo claro para quienes ingenuamente mordieron el anzuelo, que el cambio prometido no llegaría nunca, la forma de gobernar continuo inalterada y lo que es más las políticas neoliberales del salinismo se reavivaron, el ataque a los movimientos sociales y a los derechos conquistados por los trabajadores se reforzó, si al final del Priato aquellos habían cuidado un poco las formas, estos con el aval ganado en las urnas se mostraron más inclementes e incluso sádicos, aunque eso sí más inteligentes, podemos discutir, hablar y escribir de todo, si, de todo siempre y cuando los temas tocados sean frívolos o no se profundice demasiado, porque en esta "naciente democracia", hay temas que no se tocan y quienes han osado hacerlo pueden dar constancia de que la libertad de expresión en el régimen de Acción Nacional se queda en el discurso y la banalidad.

El reciente despido de la periodista Carmen Aristegui de MVS es apenas el más reciente capítulo de censura e intolerancia panista, ella misma ha sufrido con anterioridad hechos similares, hace unos años ya había tenido que dejar su trabajo en Grupo Imagen por la intolerancia de Pedro Ferriz de Con, un pseudo periodista intolerante y siempre dispuesto a servir a quienes ostentan el poder; igual ocurrió en W Radio hace dos años cuando Televisa y Prisa decidieron acatar las instrucciones de Los Pinos y silenciaron el espacio radiofónico de Aristegui, podemos ver como el más reciente capítulo de esta historia demuestra la existencia de una persecución oficial en contra de Carmen.

Tan solo basta recordar algunos actos de censura en los últimos años para ver como la libertad de expresión en México es como el crecimiento económico, el aumento del empleo, el victorioso avance en la guerra contra el narco, la cobertura universal de salud, etc, etc. mentiras y más mentiras: el cambio de portada y contenidos del suplemento Todas, con la anuencia de Carlos Marin, director de Milenio, para complacer a la primera dama, Margarita Zavala, el intento de censura a la película El Infierno, el asalto a las instalaciones de la revista Contralinea que entre otros graves pecados cometió la ofensa de publicar los contratos de la familia Mouriño con PEMEX o el indudable cerco para con aquellas informaciones o personajes molestos para el régimen, eso por no mencionar los asesinatos de periodistas son apenas una pequeña muestra de cuál es el verdadero proyecto panista, un gobierno totalitario que controle todos los aspectos de la vida del país, en donde ser crítico o estar en desacuerdo serán motivos suficientes para ser considerado enemigo de la democracia, la paz y la tranquilidad.

Es indudable que el trabajo periodístico serio, crítico y profesional está lejos de ser tolerado por quienes gobiernan este país, que indudablemente preferirían que todos los periodistas siguieran el ejemplo de López Doriga, Ciro Gómez Leyva, Ferriz de Con, etc. "periodistas" siempre dispuestos a defender con uñas y dientes las políticas del gobierno en turno y a llenar sus espacios noticiosos de casos irrelevantes; si luego de 71 años resulto que la "dictadura perfecta" priista, no era tan perfecta, unos cuantos años después encontramos a los demócratas panistas dispuestos a perfeccionar su propia dictadura, dispuestos a callar a toda costa a los medios y periodistas independientes, y a mantener su orden con el ejército en las calles, claro está mientras la mayoría así lo quiera y lo permita.

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