viernes, 19 de noviembre de 2010

Las cuentas y los cuentos.


El presupuesto para 2011 es de 3 billones 438 mil millones de pesos. Suena a mucho. Para nuestras necesidades y vicios es poco. Aunque sea el mayor de la historia. Está amarrado. Cómo nos va a alcanzar si cada día del año nos costará 9 mil 500 millones. Además de pagar a 3 millones de burócratas, hay que saldar intereses, rentas, seguros, celulares, vehículos y súmele. ¿Gastos irreductibles?

Esta semana atestiguamos otra vez el circo de la rebatinga por los recursos públicos. Los diputados se portaron como embajadores de alcaldes, gobernadores, partidos, organismos, sindicatos o empresas privadas. Hasta la ignominia. Un caso: dieron 100 millones de pesos para un supuesto programa de fomento a orquestas infantiles, que irá como asignación directa a dos orquestas juveniles de TV Azteca. Adivinó. La propuesta fue de la telediputada verde, hija del dueño de la televisora. Como el payaso, no sabemos si reír o llorar. La realidad nos rebasa.

La inercia continuará en 2011. Muchos proyectos carecen de sustento; útiles para fines políticos pero no para la economía. No se va a estimular la inversión. Gobernación sacó premio mayor: 83% más que en 2010. Educación crece sólo 5%. Se le dieron 230 mil millones, la rebanada más grande. Es cantidad, no calidad. Ya ni hablar de carreteras o campo. Mucho quedará en el papel, como hizo Cruz López, líder de la CNC, profeta del cisma que viene en el PRI. El diputado se entercó por 4 mil 400 millones para caminos rurales. Se lo negaron. Mentó la madre a Francisco Rojas. Amenazó con abandonar al PRI con 85 de tropa.

Nuestra democracia seguirá siendo la más cara del mundo. Al IFE van 10 mil 500 millones para un año sin elecciones federales. El Poder Judicial consigue 38 mil millones y se queja. Los estados se llevan más de un millón de millones. Edomex, Jalisco, Nuevo León y Puebla reciben más. El DF, menos. Del tamaño del sapo es la pedrada.

El diputado Luis Videgaray defiende la transparencia del gasto. Pero, ¿dónde están las leyes para garantizarla? La falta de reglas daña el juego. En el presupuesto se autorizaron fondos en función de la siguiente elección, y no de la siguiente generación. Sí, hombre, entérese, había una vez un país al que no le salían las cuentas, pero sí los cuentos.

Aahhh:


Como Churchill cuando partió en dos el mundo con un bastón, Luis Echeverría trazó una ciudad. Todo planeado. Aquí la zona hotelera, aquí el pueblo, acá el mercado, aquí la isla unida a la tierra. No cabía error. Hoy Cancún es un desastre. La codicia, peor que los huracanes, dejó playas sin arena. Dañó el ecosistema. El pueblo se pudrió. Ahora van allá los solemnes agoreros del ambiente a enfriar con discursos el calentamiento global. Mientras, nosotros a respirar plomo, azufre y mierda. Que viva México, ¡cabrones!, diría Zapata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario