viernes, 12 de noviembre de 2010

Seguro, negocio Seguro.


Envuelto en los aromas del escándalo se huele el último episodio del misterio que estremece al Seguro Social. Todo parte de una grabación recibida de manera anónima (¿?) en la que supuestamente César Mora Eguiarte, jefe de compras del IMSS, y Rafael Castro, un director del laboratorio Novartis, negocian una compra de medicamentos por 80 millones, comisiones incluidas. En realidad, la voz del que se supone es César Mora (IMSS), es la de Carlos Abelleyra Cordero, un alto funcionario del laboratorio Stendhal. La otra sí es la de Rafael Castro (Novartis). Castro fue mano derecha de Juan Lozano. Lozano es brazo ejecutor de Daniel Karam. Es señalado como estratega de la guerra sucia por el caso de la guardería ABC. El círculo se cierra. Lorenzo Martínez —director de administración en el IMSS y jefe de César Mora— no se lleva con Karam. El golpe de la grabación es para alejar el escándalo de Juan Lozano. Lorenzo Martínez fue cesado.

Quienes maquinaron el bisne activaron el detonador. Lo importante es la bomba. A las 17:45 del martes, cayó un rayo fulminante. César Mora fue sacrificado. Cinco horas después se escuchó el trueno en el Canal de las Estrellas. Lo filtró el Seguro, ¡Seguro! A medianoche, en vuelo a Seúl, @FelipeCalderon ordenó por Twitter investigar (la corrupción en el IMSS es un negocio de mil millones). La industria farmacéutica está indignada. Amedrentada. Van a soltar que Carlos Abelleyra de Laboratorios Silanes está metido hasta el cuello en la transa. Fue jefe de Juan Lozano (IMSS) y de Rafael Castro (Novartis).

En política, lo que parece es. ¿Para qué sacar la bomba del secreto y aventarla a la opinión pública? ¿Por qué el IMSS nos hace creer que tiene los pelos de la burra en la mano? ¿Por qué manda macabro mensaje a los proveedores de medicinas? Rigor aparente del tamaño del miedo. A César Mora (IMSS) no lo van a condenar por hablar por teléfono. Eso no es delito. Si el funcionario es culpable de corrupción, será inhabilitado. Si es inocente, ya lo destrozaron. Sólo es un peón en este ajedrez.

Hay evidencia de espionaje; un presidente encolerizado; otra tormenta. Seguro, condena generalizada. El sabueso hace como que busca hueso. Lo tiene en el clóset. Es secreto a voces desde hace año y medio.

Alguien sopla. Faltan nombres. Alejandro Kuri; Bernardo Buzali; Laboratorios Stendhal. Y mucho más. No se pierda el próximo capítulo de la telenovela: “Cuando querer es no poder”.

El otro asunto:

Mexicana será Mexicanita. La mandan a volar. Lunes o martes se decide cuándo. ¿Con 150 millones de dólares, 28 aviones viejos y la bendición guadalupana? Hay tres propuestas. Ganará PC Capital, empresarios dedicados a fondos de inversión. Mexicanita volará siete rutas nacionales y 27 internacionales. La cabeza será Arturo Barahona, ex director de Aeroméxico y Alsea (Domino’s Pizza, Burger King y Starbucks) a quien mandaron a volar por sus malos resultados. La SCT apoya a PC Capital. Los acreedores, también. Se decidirá en las siguientes dos semanas. La competencia ni se despeina.

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